Aunque existen síntomas comunes, la progresión de tu enfermedad, así como la frecuencia e intensidad de tus brotes, determinarán qué tipo de esclerosis múltiple (EM) tienes. Conocer su tipología te ayudará a comprender mejor el curso de tu EM y a estar preparado para convivir con ella.

Como ya te hemos contado anteriormente, la Esclerosis Múltiple (EM) es una patología autoinmune, inflamatoria, crónica y neurodegenerativa que afecta al sistema nervioso central.

Sara Navarro, psicóloga clínica de la Fundació Esclerosi Múltiple (FEM), nos explica el impacto emocional que la esclerosis múltiple –además de los síntomas físicos– provoca. 

La esclerosis múltiple (EM) es una enfermedad autoinmune, inflamatoria, crónica y neurodegenerativa, que afecta al sistema nervioso central: nervios ópticos, cerebro y médula espinal.

El momento en el que finalmente se confirma el diagnóstico de la esclerosis múltiple (EM) es un momento difícil para la mayoría de las personas. No obstante, cada persona es única y reacciona de una forma diferente.

Los expertos recomiendan medir la presión arterial por lo menos una vez al año, aunque no hace falta acudir a un examen específico para controlarla. 

Las enfermedades cardiovasculares (ECV) son un conjunto de trastornos del corazón y de los vasos sanguíneos.  

La presión arterial es la fuerza de la sangre al empujar contra las paredes de las arterias. Cuando esa presión está por encima de los niveles recomendados se conoce como hipertensión  o presión arterial alta, y no suele mostrar síntomas.

Las enfermedades cardiovasculares y metabólicas son una amenaza silenciosa para el ser humano, ya que aproximadamente un tercio de las muertes que se producen actualmente en todo el mundo son atribuidas a este tipo de patologías.

Las enfermedades cardiovasculares (ECV) son un conjunto de trastornos del corazón y de los vasos sanguíneos.