Los ensayos clínicos son estudios de investigación destinados a responder cuestiones científicas y encontrar mejores soluciones para tratar y prevenir enfermedades. Todos los medicamentos deben someterse a un ensayo inicial de prueba de concepto, un estudio a pequeña escala diseñado para conocer previamente la seguridad y la eficacia de un fármaco y que ayuda a encontrar a los candidatos más prometedores para dicho fármaco. Siempre que es posible, especialmente cuando se comparten vías moleculares, se exploran diversas enfermedades en paralelo. Si el estudio de prueba de concepto concluye con éxito, el fármaco pasa al desarrollo clínico completo.
En España, uno de cada cuatro ensayos clínicos en fases tempranas (fases I y II) son impulsados por Novartis. Gracias a las capacidades que ofrece la tecnología, la salud de los pacientes puede, parcialmente, monitorizarse desde sus casas, reduciendo el número de visitas a un centro de ensayos clínicos para realizar pruebas. Desde Novartis, estamos trabajando muy intensamente para que ésta sea una realidad cada día más cotidiana. En concreto, lo estamos haciendo de la mano de la compañía estadounidense Science 37, que propone una combinación de sensores, telemedicina y servicios de geriatría que pretende facilitar que los pacientes participen en nuestros ensayos clínicos sin salir de su entorno doméstico.
El proceso de desarrollo varía de una división a otra en función de los distintos tipos de productos involucrados.