La Leucemia Mieloide Crónica, o LMC, es un cáncer de la sangre y la médula ósea de crecimiento relativamente lento, que afecta a una o dos personas de casa 100.000 personas cada año.

Acerca de la Leucemia Mieloide Crónica (LMC)

La  Leucemia Mieloide Crónica, o LMC, es un cáncer que ocurre cuando las células generadoras de sangre de la médula ósea (el tejido blando y esponjoso en el centro de los huesos) generan demasiados glóbulos blancos, incluso inmaduros.

Aproximadamente el 95 % de las personas que viven con LMC presentan una mutación genética que produce un cromosoma anómalo en las células madre de la médula ósea, conocido como cromosoma Filadelfia (abreviado como “cromosoma Ph” o simplemente “Ph”). El cromosoma Ph es portador de un gen denominado BCR-ABL, que produce una proteína del mismo nombre.

La proteína BCR-ABL hace que la médula ósea siga produciendo versiones anormales de glóbulos blancos, que son las células leucémicas. El crecimiento descontrolado resultante de estas células leucémicas puede causar un gran aumento de su concentración en la sangre. Con el tiempo, estas células anormales desplazan a los glóbulos rojos y las plaquetas sanos, así como a los glóbulos blancos normales, lo que puede tener efectos negativos en la salud.
 

Manejo de la LMC

En las dos últimas décadas, la introducción de terapias dirigidas a las proteínas causantes del cáncer y a las células con el cromosoma Ph+ para frenar la reproducción de las células leucémicas ha contribuido a transformar los resultados en el curso de un cáncer de la sangre mortal.

Algunos pacientes que responden bien al tratamiento pueden alcanzar un nivel de células leucémicas casi indetectable. Sin embargo, muchos pacientes continúan en riesgo de progresión de la enfermedad. El uso secuencial de las terapias actualmente disponibles se asocia con la resistencia y/o intolerancia al tratamiento.

Si tiene preguntas sobre el manejo de su Leucemia Mieloide Crónica, o tiene problemas con los síntomas o los efectos secundarios del tratamiento, debe hablar con su médico.

Como ocurre con cualquier enfermedad, es importante tomar su medicamento según lo prescrito e indicado por su médico. También es importante continuar con las pruebas periódicas en cada etapa de su viaje, ya que esto les permitirá a usted y a su médico comprobar si su tratamiento está funcionando.